EL ANFIBIO MAESTRO MARIO VALDEZ
A MODO DE PRÓLOGO O PRELUDIO A “LA VUELTA AL BARRIO EN 80 TANGOS”
DE MARIO VALDÉZ
Según Pierre Bourdieu "en el campo de las artes todo lo extra musical
forma parte de la acumulación del capital cultural. Todo lo que sabe sobre un
artista y su tiempo agregan valor al objeto del arte y agregan también placer a
su consumo".
Se ha dicho también que la música empieza donde mueren las palabras, en
la historia de la humanidad su influencia misteriosa ha conmovido el corazón de
los seres humanos.
Los cambios políticos son episodios trascendentes y a la vez
momentáneos, pero si, por algún motivo, a los humanos no nos fuese posible
seguir disfrutando de la obra de los grandes creadores sería una verdadera
catástrofe.
Por lo dicho, además de disfrutar plenamente de esa expresión musical
sublime y complejo que es la música ciudadana, éste trabajo nos lo muestra en
su geografía originaria: Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Parque
Chacabuco. La "biografía" del género en dicho "quartier"
tradicional de la ciudad, los lugares donde tocaron las agrupaciones, los
domicilios donde ocurrieron nacimientos, donde se desarrolló o se extinguió la
vida de grandes creadores, instrumentistas insuperables y cantores de renombre
es un recorrido extra musical que agrega valor al objeto estudiado y profundiza
el placer de escuchar el tango.
A eso nos referíamos cuando hablábamos de prólogo o preludio, porque
este libro es de algún modo una introducción musical que nos predispone
favorablemente.
El autor nos "pasea" amablemente con datos precisos y
preciosos para todos los interesados en el tema, con una prosa clara, basada en
una investigación amplia y seria.
Nos "cuenta" episodios de un forma que denota algo que es poco
frecuente: haberlos vivido en algunos casos y otros recogidos los datos de
primera mano, a través de sus propios protagonistas.
Y nos falta explicar el título, veamos.
Parafraseando los conceptos de Aldous Huxley sobre Igor Stravinsky, y
reemplazando al músico elogiado por él por el que nos ocupa en estas líneas,
podríamos decir que el maestro Valdez
"es uno de esos felices anfibios que se sienten cómodos en las
áridas tierras de las palabras así como en el océano de la música, y cuya
capacidad en tierra nunca lo empobreció como nadador", nada más cierto.
ALBERTO DI NARDO
2012
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